M.P.A.
Los relatos escuchados en la infancia y el papel que desempeñó en ellos Santa Vicenta María López Vicuña, fundadora de las religiosas de María Inmaculada, trae a Estella a una familia de orígenes navarros que reconstruye su árbol genealógico
LOS relatos de la infancia que alimentan a veces los sueños de adultos están detrás del viaje a Estella emprendido por una familia de orígenes chilenos y navarros afincada en París. Julia Vicuña Vargas tiene 80 años y busca en la ciudad el hilo conductor con su familia paterna, un ayer vinculado al entonces número 6 de la calle Comercio -aún en pie junto a la parroquia de San Juan- que en un momento determinado se entrelaza con Santa Vicenta María López Vicuña, la religiosa fundadora de la congregación de María Inmaculada, más conocida como de las hermanas del Servicio Doméstico.
Julia Vicuña pasa unos días en Estella con su hija, Carmen Zúñiga, y uno de sus nietos. Alojada a orillas del río Ega, en el hotel Tximista de la ciudad, busca datos sobre el pasado de su padre que le permitan reconstruir el árbol genealógico y aportar los detalles pendientes a las historias escuchadas de niña en el país sudamericano en el que se afincaron y donde ella -la menor de siete hermanos- se crió.
Hace veinte años visitó la localidad por primera vez y regresa este agosto acompañada por los suyos con la curiosidad de profundizar en la historia familiar. "No andamos buscando riquezas y sabemos que lo que hubo se perdió. Nos interesa conocer más sobre los orígenes y vamos a contactar con un historiador que tal vez, si el tema le interesa, pueda ayudarnos a avanzar ", cuenta Carmen Zúñiga.
La familia ha pasado durante su estancia por la biblioteca pública en busca de documentación y por el convento que las religiosas de María Inmaculada tienen en la plaza de Santiago. A Julia Vicuña le interesa saber porque siente muy cerca la ciudad de la que le hablaban de pequeña. ¿Cuál fue su historia? Su padre, Policarpo Sanz de Vicuña (Estella, 1884), tuvo que abandonar la localidad con sólo cuatro años para iniciar un periplo que le llevó primero a Filipinas y acabó en Chile, desde donde siguió siempre la evolución de su tierra natal.
Al amparo de la religiosa
Las conversaciones con su padre permitieron a Julia Vicuña -la forma abreviada del apellido original- saber qué le había ocurrido para dejar atrás los escenarios de sus primeros años de vida. Las partidas de bautismo conducen de Policarpo Sanz de Vicuña a sus padres -Ezequiel y Saturnina Dancausa- y al abuelo Vicente, el patriarca de esta rama de los Vicuña. "A mis abuelos -cuenta en referencia a Ezequiel y Saturnina- les ajusticiaron en la plaza pública, sabemos que murieron decapitados en 1888, cuando mi padre tenía cuatro años y que él pudo escapar con la ayuda de otros familiares".
En esa cobertura al pequeño Policarpo, recuerda, jugó un papel fundamental Santa Vicenta María López Vicuña -de padre de Cascante y madre estellesa- emparentada con el pequeño y responsable de acogerle y proporcionarle protección en los primeros días que siguieron al suceso que le había separado de sus padres...[ + ]
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