CIENTOS DE MUJERES HAN PASADO POR EL CONVENTO, QUE FUE COLEGIO Y RESIDENCIA.
Las religiosas creen que tiene más sentido desplazarse a otras ciudades "donde hay mucho trabajo pastoral por hacer"
R. USÚA
HERMANA PILAR Responsable del Convento de Estella
ESTELLA-LIZARRA. El convento de las religiosas de María Inmaculada, el conocido como Servicio Doméstico de la plaza de Santiago de Estella, cerrará sus puertas este año tras casi un siglo de labor pastoral y formando y atendiendo a mujeres, sobre todo jóvenes. La razón que dan es que las necesidades que venían cubriendo (como son cursos o atención a los desfavorecidos) ya están más o menos atendidas por otras entidades o colectivos y que "en otros lugares hay muchísimo trabajo pastoral por hacer, que es lo más importante para nosotras, así como falta de vocaciones. Aquí, antes residían las chicas que iban a los colegios o institutos de Estella, pero hoy en día, con los autobuses, se trasladan de los pueblos a estudiar con mucha facilidad, así que la tarea ya está casi acabada y hay poca labor pastoral por hacer. Este último curso, por ejemplo, sólo hemos tenido tres chicas", explicó la responsable de la congregación en Estella, la Hermana Pilar.
En la actualidad, son seis las religiosas que viven en el edificio, que tiene capacidad para 13 residentes tras la notable reforma del año 2005 y que abandonarán como tarde a finales de año. Las más mayores se trasladarán a una casa-enfermería y el resto, a un nuevo destino todavía por decidir. Según explica la responsable, todavía no se sabe cuál será el destino del edificio, que tiene cuatro plantas y cerca de 400 metros cuadrados. "Lo único que sabemos seguro es que no se va a vender, pero su uso es una incógnita. Sería bueno que se continuara con el trabajo que hemos hecho, con un enfoque social, pero no hay nada decidido".
Y es que, al valor material del edificio se une también el sentimental por la trayectoria de la congregación y por el origen del inmueble. El convento, original del Siglo XVIII, es la unión de cuatro viviendas, una de las cuales pertenecía a la madre de la fundadora de la congregación, Santa Vicenta María. "Su padre era de Cascante y su madre de Estella; y en una de las salas de arriba tuvo lugar la petición de mano", recuerda la Hermana Pilar.
desde 1919 El conocido como Servicio Doméstico abrió sus puertas en el año 1919, primero como colegio, y después ya como residencia para estudiantes y trabajadoras. Aquí se les daba un techo y se les enseñaba a buscarse un empleo o a realizar las tareas del hogar: lavar, cocinar, planchar, bordar... En los inicios la residencia se financiaba con el alojamiento de señoras de poder adquisitivo alto y con la caridad, y en sus mejores tiempos se llegaron a alojar en él "más de cien chicas". "Claro que eran otros tiempos y las necesidades no eran las mismas".
A la responsable le da "pena" tener que abandonar en Estella, y agradece la labor que realizan alrededor de diez voluntarios colaborando en tareas como "atender la portería, arreglar la pata de una mesa que se ha roto, subir a las hermanas al hospital..., si esto ha funcionado ha sido ha sido en parte por ellos; les estamos muy agradecidas".
También explica que son muchas las mujeres que han pasado por el convento. "Suelen venir ya con sus hijos y nos comentan que estuvieron aquí viviendo. También nos piden que les enseñemos las instalaciones (ya que fueron rehabilitadas hace unos pocos años)", agrega.
En los últimos años, la atención se ha centrado sobre todo en las mujeres inmigrantes por sus necesidades, mujeres que ...[ + ]
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